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Madrid.
ROSAURA
CALLEJA
“Lo
más peligroso de las drogas es olvidarnos de lo que realmente son”, manifestó
Ignacio Calderón, en el transcurso de la presentación de la nueva campaña
de sensibilización social de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción
(FAD). Sensibilizar sobre la banalización de ciertas sustancias y de los
riesgos que implica su uso al haberse convertido en meros productos de
consumo, es el objetivo de esta campaña, precisó el director general de
la FAD.
De
la última Encuesta Estatal sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Medias,
casi el 80% de los jóvenes de 14 a 18 años ha consumido bebidas alcohólicas
alguna vez en su vida, un 46% tabaco, un 36% cannabis y un 5,7% de los
encuestados asegura haber consumido cocaína en alguna ocasión. Así como,
de estos datos se desprende que un 3,3% de los estudiantes revela que
ha consumido éxtasis y anfetaminas y un 4,1% alucinógenos.
Influencia
social
Para
esta Fundación, los consumos de drogas en la actualidad no responden tanto
a motivaciones personales como a factores de índole social, por lo que
las drogas se asocian con estilos de vida dominantes en algunos sectores
de la población y sintonizan con valores culturales.
En
cierto sentido, “las drogas se han convertido en un producto de consumo
habitual, relacionado estilos de vida, como elemento de acompañamiento
del ocio”, advierte Ignacio Calderón. Cuando las drogas son tratadas,
percibidas y usadas como un producto de consumo más, acaban perdiendo
su consideración de sustancias de riesgo y entran en un proceso de banalización,
lo que constituye una preocupación para la FAD y otras instituciones.
Para
el director general de la FAD, “no hay batallas perdidas ni ganadas, sino
acciones que tardan un tiempo en dar resultados”. En su opinión, los padres
son ahora más conscientes del problema, porque han vivido en primera persona
que es un “fenómeno que está ahí” y la sociedad está empezando a entenderlo,
pero “ha costado mucho luchar contra un elemento de resignación”.
Campaña
La
campaña, diseñada por la agencia Sra. Rushmore, consta de un spot de televisión,
tres cuñas de radio y varias gráficas para prensa y publicidad exterior,
que serán difundidos por medios nacionales, autonómicos y locales, de
manera gratuita durante los próximos seis meses.
El
spot de televisión muestra una sucesión de situaciones en las que se observa
cómo las drogas y su consumo se encuentran normalizados, cómo se utilizan
como motivos puramente estéticos o incluso de marketing. Mientras que
en las tres cuñas de radio un locutor repite de forma constante el nombre
de una sustancia y acelera el ritmo de dicción hasta que se desvirtúa
completamente la palabra y parece que dice algo distinto. Así como, en
la gráfica se presentan de forma muy clara cocaína, marihuana, hachís
y éxtasis, como objetos de consumo normalizados.
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