Grand Tour |
En el siglo XVIII,
el término Grand Tour designaba el viaje de aprendizaje que jóvenes
aristócratas ingleses realizaban por Italia durante un año. Los descubrimientos
de Pompeya y Herculano, además de la relación con las cortes principescas,
fueron las razones por las que elegían este destino, para adquirir
conocimientos artísticos y un comportamiento cosmopolita.
Los viajeros partían de Inglaterra, hacían una parada en París y,
en diligencia, atravesaban Francia hasta Lyon, para continuar, en
silla de mano, por los Alpes, hasta llegar a Turín, donde continuaban
camino a Génova o a Milán. Estos jóvenes acostumbraban pasar la Navidad
o la Semana Santa en Roma y los carnavales en Nápoles o en Venecia,
pero su recorrido podía sufrir alteraciones por las variaciones climáticas
o bien para asistir a representaciones artísticas, aunque lo prioritario
era la actividad del Vesubio.
Un tutor, que simultaneaba las funciones de guía y profesor, impartía
clases de latín, historia antigua, arte y numismática. Además de visitar
los monumentos más emblemáticos del país mediterráneo, los jóvenes
nobles adquirían obras de arte, libros y restos procedentes de excavaciones
arqueológicas. |
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Profesores
y alumnos del IES “Cardenal Herrera Oria” recuperan el Grand Tour, un
viaje por Italia para profundizar en latín, arte, cultura clásica, historia
y geología. Este proyecto ha obtenido un premio Francisco Giner de los Ríos,
dotado con 6.250 euros. |
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proyecto,
más de sesenta estudiantes de 4º de ESO tuvieron la oportunidad de visitar
las mismas ciudades y monumentos, subir al Vesubio y ampliar su formación
en latín, cultura clásica, geografía, historia, arte, biología y geología,
como desarrollaban sus antecesores en el siglo XVIII.
Los profesores
de Ciencias Naturales, Geografía e Historia y Latín de este centro madrileño
plantearon este viaje con un carácter interdisciplinar y definieron como
objetivo el conocimiento directo del medio y del patrimonio artístico
y arqueológico del país mediterráneo.
“A nuestro
juicio el sistema de enseñanza, en general, está excesivamente compartimentado,
por lo que al alumno le resulta difícil relacionar los conocimientos adquiridos
en las distintas materias”, reconocen estos profesores. Con la puesta
en marcha de esta experiencia, “facilitamos la participación y conocimiento
in situ de varias materias unidas, de modo que rompan los esquemas
estáticos o que los complementen”, continúan. “Se trata de aproximarnos
a la formación de los viajeros del siglo XVIII, que les capacitaba para
leer textos latinos y griegos, apreciar obras de arte, dibujar paisajes
e identificar rocas, minerales y fósiles”, puntualizan.
Programa
El
programa del viaje incluía Nápoles, la región de Campania y la estructura
geológica, la influencia de los volcanes, el Vesubio, la ciudad romana
con sus edificios públicos y privados, el proceso de destrucción de Pompeya,
el lago del Averno, Cumas y la Solfatara. Mientras que en la capital italiana,
los estudiantes analizaron el emplazamiento de la ciudad, la Roma antigua
con el foro, el Coliseo y el circo. Lucía Hernández de 16 años que cursa
1º de Humanidades confiesa que esta fue su etapa preferida y valora especialmente
las explicaciones de los profesores al pie de los monumentos. Así como,
la visita al Vaticano fue la excusa perfecta para estudiar las características
del arte renacentista y barroco. “En Roma, siempre queda algo por descubrir”,
afirma su compañera Natalia Benítez de 17 años, quien subraya el trabajo
de los distintos departamentos en la preparación del viaje.
De igual modo,
en Florencia profesores y alumnos abordaron la estructura e historia geológica
de Italia, el paisaje de la Toscana y las principales muestras del Renacimiento
florentino, como la Galería de los Uffizi, el David de Miguel Angel y
el Museo de la Historia de la Ciencia.
Preparación
En
una primera fase, los profesores plantearon los temas del programa en
el aula, donde se llevaron a cabo lecturas relacionadas con lugares que
se visitarían, así como el visionado de películas y documentales, una
colección de imágenes antiguas y copias de grabados y paisajes de los
siglos XVII y XVIII. Paralelamente, se desarrollaron debates sobre los
riesgos volcánicos, a partir de cuadros y gráficas que mostraban la evolución
de los fenómenos eruptivos, las formas de gobierno, el coleccionismo como
método de conservación de las obras de arte y la readaptación de edificios
a nuevas funciones.
Las clases
preparatorias giraron en torno a los orígenes romanos, lengua y civilización
antiguas, la geografía e historia, los modelos artísticos, el suelo de
la península itálica, placas, volcanes y medio ambiente y unas nociones
de italiano.
Cuaderno
de viaje
En
las distintas etapas del recorrido, los alumnos tomaban notas y realizaban
fotografías y vídeos, para confeccionar su cuaderno de viaje. Por último,
a su regreso, tenía lugar la puesta en común del material, la entrega
de las fichas y la presentación oral de los bloques temáticos, además
de realizar una valoración del viaje y las propuestas de mejora.
A juicio de
estos profesores, el proyecto se puede aplicar a cualquier recorrido y
nivel educativo, por su enfoque y metodología de trabajo. Asimismo, formula
propuestas para introducir un sentido pedagógico a la experiencia y evitar
que se convierta en un simple viaje turístico. Jorge García de 16 años,
que cursa 1º de Humanidades, asegura que con este viaje “aprovechas mejor
el tiempo, porque compatibilizas los conocimientos de las distintas áreas
con los ratos de ocio” y se muestra satisfecho de la buena convivencia
del grupo.
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