La motivación del profesorado. Un problema de identidad

(…) Aunque la interpretación del fenómeno de la desmotivación no ofrece un consenso entre los estudiosos, la mayoría de las publicaciones centran la problemática en un aspecto de la desmotivación: el desajuste que siente el  profesor debido a la inadapta-

ción ante los cambios sociales y la consiguiente transformación del sistema educativo. Sirva, al respecto, la opinión de uno de los teóricos de la reforma educativa del actual sistema educativo español: "Creo que el origen del descontento y del desánimo actual de los profesores está en el profundo desajuste entre, por una parte, las transformaciones y las demandas sociales y, por otra, los cambios en el sistema educativo. Han cambiado las familias, los medios de comunicación, los sistemas de información, el mundo laboral, las expectativas de los jóvenes, la demanda de educación, los comportamientos personales, las actitudes y valores, y, en definitiva, la sociedad en su conjunto; pero apenas se han modificado la organización y el funcionamiento de los centros de enseñanza (…) El resultado de esta situación es la desesperanza del profesor, desanimado por la distancia que percibe entre las exigencias y sus posibilidades".
Ésta es la perspectiva fundamental de la interpretación de los teóricos de la LOGSE, básicamente psicopedagogos. Desde esta visión, las causas principales de la desmotivación residen en que el profesor no ha conseguido adaptarse a las siguientes exigencias:
- Ampliación de la educación obligatoria y la integración de alumnos con necesidades. El profesor no se adapta porque todavía conserva el papel tradicional, respetado y valorado como transmisor de los conocimientos necesarios para acceder a la universidad.
-Cambio del principio de autoridad. Han cambiado las relaciones entre adultos y jóvenes. El profesor no se adapta a los nuevos modelos participativos.
-Los objetivos educativos ya no se orientan sólo al aprendizaje conceptual, sino también a la adquisición de estrategias y procedimientos, la aplicación de lo aprendido, la formación en valores y el refuerzo de la creatividad. El profesor debe superar el aprendizaje reducido al libro de texto.
-El profesor no debe limitarse a instruir al alumnado. El profesor debe ser un tutor, que ha de conocer a sus alumnos, hacerles un seguimiento personal, orientarles.
-El profesor debe perder el monopolio de la información y el control del proceso de aprendizaje. El profesor es un docente, que ayuda a los estudiantes a ser selectivos y a elaborar con coherencia interna los datos de la realidad.
-Desde esta perspectiva, todos estos mandamientos se resumen en uno: si el profesor se desmotiva porque no se adapta, fórmese para conseguir su adaptación. El principio es sencillo. El problema reside en el profesor: el sistema funcionará bien cuando el profesor sea educado para desarrollar las funciones que la sociedad le exige y que la reforma le obliga. Y la formación que debe recibir el profesor es fundamentalmente pedagógica. Los psicopedagogos coinciden en afirmar que la aplicación de la LOGSE marcha mal porque la formación pedagógica de los profesores es deficiente. Por eso vienen exigiendo tres líneas de actuación: formación a través de los centros de profesores, mayor cuidado a los primeros años de docencia, y más tiempo y estímulos para la formación pedagógica (…).

José Penalva Buitrago
CUADERNOS DE PEDAGOGIA. Noviembre de 2001.

 

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