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Madrid.
El objetivo
del informe anual del Plan Nacional de Evaluación de Calidad de
las Universidades (PNECU) es facilitar información a la sociedad
y a los responsables de la gestión educativa sobre el procedimiento
de evaluación seguido y los resultados obtenidos. Para ello, se
hace un balance general, señalando los puntos fuertes y débiles
contenidos en los distintos documentos que se han generado durante el
proceso de evaluación en todos los ámbitos de la actividad
universitaria, y una serie de propuestas de mejora surgidas de la evaluación,
tanto en aspectos de contenido como de metodología.
Hasta el momento
se han realizado cuatro convocatorias del Plan Nacional de Evaluación,
la primera en 1996, y el informe presentado la pasada semana corresponde
a la segunda convocatoria, de 1998, en el que se da cuenta de las actividades
realizadas y de los resultados obtenidos en la misma.
En esta segunda
convocatoria del PNECU han participado un total de 51 universidades, es
decir, el 82% de las universidades españolas, de las cuales 47
son públicas (90%) y 4 privadas (20%), y se ha experimentado un
fuerte incremento en el número de enseñanzas evaluadas.
Si en la primera convocatoria se evaluó un 8% de las enseñanzas
existentes, en esta segunda convocatoria se ha evaluado un 14% de las
mismas, con lo cual el porcentaje de enseñanzas evaluadas hasta
el momento se sitúa en un 22% de todas las existentes. Cuando culminen
la cuatro convocatorias contempladas en el Plan Nacional de Evaluación
se habrá evaluado aproximadamente el 75% de todas las enseñanzas
que se imparten en las universidades españolas.
El coste total
de la II Convocatoria del PNECU, en la que han participado en las distintas
fases del proceso de evaluación unas 4.000 personas, ha sido de
alrededor de 600 millones de pesetas.
Bajo
rendimiento académico y alto abandono
Una
de las propuestas de mejora que se formula en el informe anual hace referencia
a la necesidad de "incidir en las causas de las altas tasas de abandono
y rendimiento, muy especialmente en primer curso, y en la necesidad de
incrementar las tasas de éxito". Para ello, la propuesta sugiere
el establecimiento de "mecanismos de reacción en los departamentos,
ante los resultados negativos en determinadas asignaturas o titulaciones".
El secretario
de Estado de Educación y Universidades, Julio Iglesias de Ussel,
precisó en su intervención que "los alumnos españoles
estudian igual o más que los europeos, pero tienen menor aprendizaje
en contenidos prácticos y una elevada carga lectiva", y calificó
como "grave deficiencia de nuestro sistema" el hecho de que
"en torno a un 50% de los alumnos no termina sus estudios en plazo
establecido".
El secretario
general del Consejo de Universidades, Vicente Ortega, explicó que
el alto grado de abandono del alumnado se concentra en el primer curso,
especialmente en algunas titulaciones y estudios, y tras señalar
que dicho abandono se debe "a veces, al aburrimiento, y otras, a
las demandas de un mercado laboral en expansión, atractivo para
los jóvenes", afirmó que "la Universidad ya no
es un lugar de aparcamiento".
En términos
generales, según se refleja en el informe correspondiente a 1998,
el índice de aprobados sobre matriculados en los cursos de primer
ciclo universitario es "algo superior al 50% ", y de "entre
un 75% y un 80% en los cursos de segundo ciclo", aunque existen variaciones
sensibles respecto a estos porcentajes generales en función de
las titulaciones cursadas. En el curso académico 1997-98, cerca
de 180.000 obtuvieron su titulación universitaria, y prácticamente
otros 80.000 abandonaron en ese curso la Universidad.
Otros de los
puntos débiles detectados por el estudio del Plan Nacional, realizado
por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Consejo de
Universidades y las Comunidades Autónomas, hacen referencia a la
insuficiencia de algunas instalaciones en determinadas universidades y
a las deficiencias estructurales y funcionales de las Bibliotecas, que
un tercio de las universidades consideran inadecuadas.
Formulación
de metas y objetivos
Entre
las conclusiones del informe anual correspondiente a 1998 figura la relativa
a "la necesidad de mejorar la formulación de las metas y objetivos
de las titulaciones evaluadas", aspecto que ya está siendo
tratado en las universidades como resultado de la detección de
este "punto débil". Por otra parte, las titulaciones
participantes en el proceso de evaluación de esta segunda convocatoria
reflejan "un alto índice de satisfacción respecto a
la demanda de sus estudios y a la preparación previa y motivación
de los alumnos que acceden a las mismas". En el informe se apunta
asimismo la necesidad de "generalizar la realización de estudios
sistemáticos sobre la inserción laboral de los titulados
y las demandas del mercado de trabajo".
En lo referente
a Planes de Estudios, los comités de evaluación valoran,
en general, positivamente "el nivel de optatividad, la dimensión
práctica y las posibilidades de definir itinerarios curriculares
diversos de los nuevos planes de estudio", si bien estiman que "se
podrían acometer mejoras en la opcionalidad y en las prácticas,
y disminuir la carga lectiva total que soportan los alumnos".
También
la valoración de los programas de las asignaturas es considerada
"positiva" en el informe, en el que se destaca "el avance
logrado con la puesta en marcha de los nuevos planes de estudio",
si bien se apunta asimismo que "en muchas ocasiones se aprecian desajustes
en dichos programas, consecuencia de una inadecuada coordinación
entre los departamentos implicados en una titulación".
Cabe reseñar
asimismo, según recoge el informe anual, "el alto grado de
cumplimiento del desarrollo de los programas de las asignaturas y la manifiesta
preocupación existente por incrementar los convenios de colaboración
con empresas e instituciones para el desarrollo de prácticas de
alumnos". Por otro lado, también se detecta la existencia
de "una especial sensibilidad a la necesidad de dar una dimensión
europea a los programas de las asignaturas, que se plasma mediante la
firma de acuerdos con diversas instituciones públicas y privadas
y con diferentes universidades extranjeras".
En el informe
se constatan "los importantes esfuerzos que se han llevado a cabo
para desarrollar las tutorías, aunque los estudiantes hacen aún
un uso escaso de las mismas, y ese uso lo concentran con frecuencia en
las fechas previas a los períodos de evaluación o durante
los exámenes, y no a lo largo del curso". En este sentido,
en el informe se señala la necesidad de "aumentar la efectividad
y el uso de la orientación y tutorías a lo largo de toda
la carrera, dándole un enfoque mucho más personalizado y
activo, y haciendo especial hincapié en la orientación durante
los primeros años de Universidad y en la transición al mercado
de trabajo".
Estudiantes
satisfechos de su formación
Por
otra parte, en el informe se destaca la opinión, muy extendida
entre los alumnos ya titulados, de que consideran la formación
recibida "clave para su empleo". Asimismo, se valora muy positivamente
por parte de los alumnos la oferta existente de cursos y actividades de
formación complementaria, el incremento de la información
que reciben los estudiantes en las etapas previas al acceso a la Universidad
y la participación en programas de cooperación europea e
iberoamericana, principalmente.
Entre las recomendaciones
y propuestas que se formulan en el informe figura asimismo la relativa
a la búsqueda de mecanismos destinados a fomentar y aumentar la
participación de los estudiantes en la vida de los centros y la
organización de actividades que faciliten al alumno la orientación
en su elección curricular y en la búsqueda de empleo. Es
destacable que, a la hora de buscar soluciones, la mayoría de los
estudiantes se muestran más interesados en que se potencien los
mecanismos de orientación que en la búsqueda de fórmulas
para fomentar su participación.
El Comité
Técnico del Plan Nacional señala también la importancia
de preparar informes detallados sobre la evaluación de enseñanzas,
departamentos y universidades, y de establecer un sistema de indicadores
que faciliten información cuantitativa sobre diversos aspectos
del funcionamiento de las universidades. A este respecto, cabe señalar
que, según afirmaron Julio Iglesias de Ussel y Vicente Ortega,
ya se está trabajando en la elaboración de estos indicadores,
que servirán para implantar "un sistema de valoración
de titulaciones y departamentos, válidos para que el conjunto de
la sociedad y la propia institución universitaria adopten sus decisiones".
Asimismo, el
Comité Técnico recomienda a las universidades que "intensifiquen
los sistemas de planificación en todas las unidades y servicios
de la institución, para que exista una formulación clara
de objetivos, así como el establecimiento de mecanismos que garanticen
la planificación y coordinación de la enseñanza".
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